Y un día de Junio partió
sin la agitada respiración de los años,
sin el temblor característico en sus manos,
sin la enfermedad a flor de piel y por vez primera..
así , sin mí…
Donde comienzan los sueños, ahí nos conocimos.
Lo recuerdo tan claramente que aún consigo abrigar la fragancia a pasto mojado que emanaba de un suelo de Junio.
Bajo el sol calcinándonos la piel crecimos ,
bajo la lluvia barriendo nuestras huellas ,
sentados en la vereda bajo la luna y las estrellas.
Crecimos amándonos …
En lo imposible .. creímos ,
junto al paso de las estaciones vez tras vez, con lo que alguien tildó de ilógico. En mis innúmeras facetas y en sus impenetrables misterios,
cultivamos un lenguaje único ...
Dijeron que yo era algo melancólica y él un retraído,
sin embargo, lo nombré de tantos modos que olvidé su nombre.
Pero un día de Junio partió,
así como llegó, partió..
Y nos tomamos un té ,
su recuerdo y yo, y el reloj ticteando más fuerte de lo acostumbrado ,
esta vez no hablamos …
