martes, 19 de octubre de 2010

oir - te












Creí oírlo… oírlo un poco,

no era su voz,

pero eran sus palabras,

las mismas palabras.

Me mordí el labio,

te miré de reojo,

mientras intentaba convencerme,

Ni tú… ni yo,

Nosotros, no,

Y de nuevo esa voz, que no era voz,

Me dio calma…y te miré,

Quizás lo entendiste,

Asentiste sin asentir,

-Adiós- te dije,

Quisiste decir algo,

pero no… te lo agradecí,

Y quizás es por eso que estoy siempre yéndome.

3 comentarios:

Hermes dijo...

Por qué has dejado de escribir Matilda? Ojalá sigas haciéndolo, un abrazo.

pau dijo...

Fue porque jamás pude volver a entrar al blog :(

pau dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.